Lo siento, no lo puedo evitar, todos los años me pasa lo mismo y este no iba ser diferente, odio la Semana Santa y todo lo que la rodea, podría enumerar muchas razones de esta adversion que tengo pero me quedaré con la que más me indigna de todas.
Estos días son en los que más ayudo con lo que puedo a los indigentes que desgraciadamente por culpa de esta crisis cada vez son más y quien sabe si alguno de nosotros no nos vemos algún día así, y se me encoge el corazón y se me suelta el bolsillo a pesar de no haber mucho donde buscar, no porque supuestamente sea esta la semana en la que murió Cristo o por ver por las calles imágenes de vírgenes llorando rodeadas de oro, todo contrario.
Ayer, había una mujer mayor al inicio de la Gran Via, de rodillas en el suelo, bajo la lluvia, hacia un frio que pelaba y tenia un cartón en el que explicaba su situación, junto a ella pasaba mucha gente, familias enteras con sus mejores abrigos que volvían de ver que las procesiones no habían salido, grupos de costaleros prefectamentente uniformados y con los ojos llorosos, músicos con sus mejores galas y nadie miraba a esa pobre mujer, incluso alejaban a los niños de su lado, ni lloraban por su particular pasión, ni corrían a taparla con un plástico, ni la cogían para meterla rápidamente en un templo.
Hoy por la mañana el periódico abre en su primera página, con el titular LUNES DE LLUVIA Y LLANTO acompañado de multitud de fotos, en todas se ve la gente llorando, y me pongo muy triste, y me indigno al pensar que ninguna de esas personas llora por que se han dado cuenta de que se han gastado miles de euros en:
-Zapatillas y uniforme con escudo para costaleros
-Cientos de velas
-Cientos de flores
-Banda de musica
Nuevo baño en oro del trono para que se vea reluciente
Y muchas cosas más
Pero no, no lloran por haber gastado todo ese dinero en algo tan material que si llueven dos gotas ya se va todo al traste, pudiendo haberselo dado a esa mujer que no destiñe con la lluvia, lloran por no poder ver en la calle una imagen que sin duda es una obra de arte, y seguramente que con esa sensibilidad hacia el arte también caerán desolados cuando en el museo del prado vean que están restaurando las meninas.
Yo también lloro cada año, por esos que aunque llueva o haga frio nunca defraudan y siguen en la calle, aunque nadie los quiera ver.
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